Consejos para no excederse en las Fiestas

Holas,

Hace mucho que no escribo nada. Eso que como saben, sigo viajando. Un poco menos y con menos glamour, pero no me quedo quieto más que un par de horas cada noche.

El regreso sin gloria a la escritura lo han motivado en parte el cotidiano “La Nación”, (el diario más grasa de la Argentina) y en parte una serie de excelentes blogs que pululan en el Cyber-espacio.

El tema del día es: Consejos para no excederse en las Fiestas (link abajo). Se pueden morir del aburrimiento leyendo el homónimo del diario o bien se pueden copar acá, leer y agregar un par:

Mi primer consejo es casi obvio y por eso no nos vamos a detener a analizarlo: no intente imitar lo que ve en la televisión. No señora, no señor, esto no es Nueva York. Aquí no nieva, no hace frío en verano (no debería, al menos). Entonces, abandonemos de una vez esta estúpida costumbre de comer nueces, pasas, pavos y panes hiper-calóricos. Basta de “mi pobre angelito” en Burzaco.

El simpático matutino citado recomienda “hacer las seis comidas diarias” (sic). Si, leyeron bien, obviamente el 50% de la población bajo la línea de la pobreza, no compra La Nación. Ergo, mi segundo consejo para no excederse en las fiestas es evitar la lectura de pelotudeces (si, eso incluye sin duda a Bucay y Coelho).

Mis siguientes consejos para evitar excesos son de índole ilegal, así que para evitarme problemas de censura los suprimo.

Una opción sacrificada pero rendidora, es cerrar la boca. Sea tanto para evadir la ingesta de comida, como para eximirse de hablar idioteces, esas que abundan en las fiestas. Idioteces que nos vemos obligados a conversar con personas con las cuales no hablaríamos jamás (salvo en las fiestas) o con esa gente que uno encuentra siempre (y que por ende es mejor no hablarles en estos días).

Otro sano consejo para no excederse en las fiestas, es evitar las confesiones del alcohol. Todo hombre sano es en el fondo un borracho a punto de descubrirse, y las fiestas son un mal momento para salir del placar. Nada de charlas o cigarrillos a media luz con tu cuñada, mucho menos con una prima o primo. Evítese para las fiestas la presentación en familia de noviecitos, bien sabemos serán blanco de todas las burlas (¿a usted no le ha sucedido?) Deberían en lo posible evitarse esas reuniones de gente que no se ve hace mucho, donde abundan las historias pendientes. Aclaro, sin embargo, el sexo está bien. Incluso con la cuñada. El exceso radica en comportarse como histéricos de 18 años sólo porque es navidad. Si sucede, sucede, y eso ya es otro cantar.

Por favor, nada de gritos y reproches a los padres. En lo posible, nada de discursos sobre el amor, los nacimientos, los balances, el peronismo, etc. Evitar esto les garantizo que ha salvado buena parte de los excesos que se cometerían posteriormente.

Si, definitivamente hay que evitar los postres. En especial aquellos cuyo nombre comienza o termina con “bomba”, “torre”, “montaña” o “iglesia”. La indigestión de cualquier índole es un camino de ida en las fiestas.

Fuegos artificiales, ¿son realmente necesarios? Sólo para el tío que intenta agradar a sus sobrinos o para el militar frustrado ¡Que decirles del tío que además es militar frustrado! La duración de los fuegos artificiales es inversamente proporcional al tamaño del cerebro del portador.

No lo había pensado antes, muchos entenderán que lo mencione ahora. Una forma clara de evitar los excesos en estas fiestas es no quedarse solos. Aún cuando esto implique tolerar alguno de los excesos anteriores. Pasar solos las fiestas requiere de mucha disciplina, y el 31 de diciembre es un muy mal momento para hablar de disciplina.

Otro buen consejo para evitar excesos, es reírse: mucho, fuerte, y en lo posible de uno mismo (si hay que reírse de otros, tal vez convenga obviar lo de mucho y fuerte).

Me voy a la pileta. El que tiene ganas de agregar algo, lo hace. El que no, siga leyendo “La NaZión”.


Lucas.-


Aca el link. Originalmente el 16/12/07. Sls.